Mantenimiento preventivo de sistemas de riego | iAgua

2022-11-15 16:47:06 By : Mr. William Wen

El regadío resulta fundamental para conseguir un adecuado nivel de productividad agrícola en climas áridos o semiáridos. Al ser instalaciones de uso en temporada, que puede ir según las necesidades de los distintos cultivos o la disponibilidad hídrica desde 2 a 8 meses, es necesario realizar algunas operaciones básicas en el momento de inicio de la campaña de riegos.

Por desgracia, es frecuente que existan roturas mecánicas de algunos componentes, ya sea por despistes producidos en las labores realizadas durante la temporada sin riego, por heladas invernales fuertes, o por cualquier otro tipo de incidente. Esta inspección incluirá todas las partes de la instalación, desde las tuberías generales en el cabezal, hasta los puntos inicial y final de los ramales, pasando por la integridad y limpieza de los elementos filtrantes, los manómetros y las conexiones accesorias existentes.

Tras una temporada parados, las bombas pueden estar ligeramente agarrotadas, o presentar crecimiento de algas o animales acuáticos en las turbinas, por lo que el motor puede sobrecalentarse por el alto consumo eléctrico. Si se dispone de un variador de frecuencia, éste protegerá a la bomba; en caso contrario, es conveniente prestar máxima atención al caudal de agua que entra en las tuberías: si es escaso o nulo, se desconectará la bomba para evitar su sobrecalentamiento. Una vez repetida la operación de arranque 2 o 3 veces como máximo, si no se obtiene el resultado esperado se deberá extraer la bomba para su revisión. Por otro lado, en el caso de bombas horizontales, se deben revisar las empaquetaduras (deben permitir escapes de agua mínimos, pero suficientes para la refrigeración) y lubricar adecuadamente todos los cojinetes.

En el momento del arranque las tuberías están totalmente vacías, ya que las válvulas de retención de las bombas con el tiempo pierden su estanqueidad, por lo que, sobre todo cuando se trate de bombas de alta potencia, se recomienda la apertura de alguna válvula o derivación de cierto diámetro en un punto lo más cercano posible a la bomba, con el fin de facilitar la salida del aire de la tubería y evitar golpes de ariete.

Una vez en marcha la instalación, es fundamental eliminar todas las partículas en suspensión de las tuberías, ya sean precipitadas o decantadas en las tuberías, o las incorporadas por la bomba en el arranque, ya que es frecuente que, tras una temporada inactivos, los sondeos incrementen la cantidad de arena aportada en la puesta en marcha inicial. Para ello, se abrirán, durante un periodo de tiempo suficiente, todas las válvulas de drenaje situadas en los sectores de riego, y, posteriormente, todos los tapones de doble anilla de cada uno de los ramales de riego. Si es posible, se debe aumentar la presión durante esta operación a 3-4 bar, con el fin de provocar la máxima velocidad de fluido y turbulencia en los puntos singulares.

Si existe un sistema de fertirrigación, es recomendable la dosificación de ácido para eliminar posibles incrustaciones de carbonato cálcico en la instalación, particularmente en los goteros. El procedimiento a seguir es el siguiente:

Por supuesto, tampoco podemos olvidar revisar y hacer un correcto mantenimiento de otros elementos del sistema, tales como sistemas de filtrado, sistemas de fertirrigación, automatismos, etc.